La pandemia, la raza y la paciencia

La pandemia, la raza y la paciencia

La primera vez que visité Chicago fue en junio de 2016, a pesar de estar trabajando durante mi viaje, pude llevarme una gran experiencia de vuelta a México. Tan grata fue, que en el año 2017 dejé mi país y me mudé por completo a esta grandiosa ciudad.  La diferencia de radicar aquí, en lugar de solo estar de visita, es abismal.  Ciertamente Chicago es la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, es multicultural, de mentalidad abierta y progresista. Pero de lejecitos, tú allá en tu barrio y yo acá en el mío. El nivel de segregación es palpable al caminar por sus vecindarios.  Blancos en Lakeview y West Loop, latinos en Pilsen y la Villita, afroamericanos en Cottage Grove o Austin, por mencionar sólo los más notables. La pandemia Covid-19 segrega aún más.

Intento comprar el mandado sólo una vez a la semana. Como buen mexicano necesito mis tortillas, mi salsa Valentina, y de vez en cuando voy (frecuentemente, mejor dicho) a las panaderías. Las calles tienen significativamente menos tráfico. Vivo enseguida de una pequeña clínica y desde las ventanas de mi departamento puedo leer una lona que tienen afuera que dice: “Heroes work here”, no podía estar más de acuerdo con tal afirmación.

Es en los supermercados donde me doy cuenta de cómo se vive la cuarentena de acuerdo con tu raza. Porque en Estados Unidos, aunque lo queramos negar, para todo toman en cuenta tu origen racial. Ves a los güeros y a los morenos* con mascarillas, o algún tipo de protección facial, y sólo una tercera parte de los hispanos las llevan (estadística mental). Vas a Aldi o a Whole Foods, y hay líneas larguísimas de gente guardando su distancia entre sí para poder ingresar, hay un empleado afuera del único acceso a la tienda controlando la cantidad de personas permitidas adentro para hacer sus compras. Caso contrario en tiendas cuyo cliente es hispano, como Cermak o Pete´s, que son la tierra sin ley.  Nadie controla el ingreso. Adentro estás tranquilamente escogiendo unos aguacates, y unos tomatillos para la salsa verde y de repente tienes a tu lado a la señora regañando al niño, o al empleado platicando de pasillo a pasillo, todo esto con la mayor tranquilidad y con la menor protección para ellos, mucho menos pasa por su cabeza la salud de los demás.

En México se podría argumentar que es cuestión de nivel económico, y de acceso a los insumos de protección. Pero aquí no hay ese pretexto, aquí es sociocultural. La información está en todas partes, la ayuda también.  Miles de despensas se reparten diariamente en vecindarios marginados, Meals on Wheels es un claro ejemplo, food pantries de cada condado cuentan con una gran organización y un apoyo sorprendente a sus comunidades. Entonces el usar una mascarilla o un paliacate, es cuestión de decisión.  

Si bien es cierto que las comunidades de color, como les gusta decirles aquí a todos los no-blancos, son las más afectadas por Covid-19, también se debe remarcar que son ellos quienes mantienen a flote la cadena de suministro.  Empleados de supermercado, limpieza, manufactura, policías y paramédicos, son en su gran mayoría de perfiles étnicos minoritarios. Ellos no se pueden quedar en casa como su contraparte caucásica, quienes tienen el color de piel a su favor.  Porque el privilegio blanco existe.  Quien diga que no, no lo ha vivido.  A mí me tratan diferente si voy solo a ciertos establecimientos, que si voy con mi esposo que es blanco. 

Quiero volver a salir a caminar libremente, ir a visitar a mi mamá, planear un viaje o simplemente sentarme a la orilla del lago que tanto amo.  Paciencia es lo que hace falta.  Soy de los afortunados cuya preocupación es cocinar (y comer) demasiados postres durante la cuarentena,  puedo elegir qué libro sigue para leer y actualizarme en la larga lista de películas que aún no he visto.

He estado forzado a ser paciente, nunca lo he sido, y lo necesitaba.

El aprendizaje si no se busca, llega de la peor manera. Para muchas comunidades marginadas, llega en forma de una pandemia.

* Término coloquial utilizado por ciertos sectores de la comunidad latina en EE.UU. (Fuente: vivencias personales en Chicago).

Luis Miguel Tapia Bernal

Terapeuta en Constelaciones Familiares. Máster en Terapia Breve Estratégica. Autor de "Las intermitencias del amor".

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Comentario (1)

  • Martín Mónico

    Estupendo, clarificador y preciso.

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