Servicios

La Terapia Breve Estratégica es considerada actualmente una de las aproximaciones psicoterapéuticas más dinámicas y modernas. Fue desarrollada por el Dr. Giorgio Nardone, discípulo directo de Paul Watzlawick, una de las figuras clave de la Escuela de Palo Alto y de la comunicación estratégica. Este modelo integra más de tres décadas de investigación aplicada, cientos de protocolos específicos para distintos tipos de problemas y una sólida base en la pragmática de la comunicación humana.

Su carácter innovador radica en que no centra la intervención en buscar las causas del problema, sino en identificar los mecanismos que lo mantienen y, especialmente, los intentos de solución que la propia persona ha repetido sin éxito. Muchas veces estos intentos —aunque bienintencionados— terminan reforzando el bloqueo, amplificando los síntomas o convirtiéndose en verdaderas limitaciones.

El objetivo no es sólo resolver el problema, sino ofrecer herramientas prácticas, flexibles y aplicables en la vida cotidiana. La terapia utiliza estrategias específicas, tareas entre sesiones y reestructuraciones cognitivas y perceptivas que permiten construir gradualmente una nueva forma de interpretar la realidad y de actuar ante ella.

La base de este enfoque es que cada persona crea su experiencia a través de su manera particular de pensar, sentir y comportarse. Si la intervención no actúa sobre estos tres niveles, el cambio no llega a consolidarse. Por eso, la Terapia Breve Estratégica diseña intervenciones a la medida de cada consultante, entendiendo que incluso los problemas más complejos pueden resolverse mediante soluciones simples, claras y bien dirigidas, sin necesidad de procesos largos o complicados.

En síntesis, se trata de una terapia profundamente orientada a la eficacia, la creatividad y el cambio real y sostenible, siempre adaptado a la singularidad de cada persona.

Las Constelaciones Familiares son un método de intervención sistémica desarrollado por Bert Hellinger, que parte de la idea de que cada persona forma parte de un sistema familiar más amplio que influye en su manera de percibir, sentir y actuar. Desde esta mirada, los acontecimientos, emociones, roles, vínculos, exclusiones u omisiones que han ocurrido en generaciones previas pueden manifestarse como patrones relacionales o emocionales repetidos, tanto de forma consciente como inconsciente. Estos patrones pueden facilitar o dificultar áreas importantes de la vida, como las relaciones, el trabajo, la toma de decisiones o el bienestar personal.

Aunque surgieron en el ámbito terapéutico, las Constelaciones Familiares han encontrado también aplicaciones en contextos organizacionales y sociales, donde ayudan a explorar dinámicas de liderazgo, comunicación, pertenencia, cooperación y resolución de conflictos dentro de grupos o equipos. Esta ampliación del enfoque se basa en la idea de que todo sistema humano —familiar, laboral o comunitario— posee estructuras y vínculos que influyen en su funcionamiento.

Uno de los aportes centrales de este enfoque es la posibilidad de visualizar todos los elementos que alimentan un problema, integrando tanto los patrones heredados como las emociones, pensamientos y conductas presentes. En vez de trabajar únicamente con la historia, se observa cómo las dinámicas internas siguen actuando “aquí y ahora”.

A través de una representación —mediante figuras en sesiones individuales o mediante personas en sesiones grupales— se hace visible una imagen externa de la dinámica profunda que sostiene el conflicto. Esta representación permite identificar tensiones, lealtades invisibles, lugares en el sistema, roles asumidos y movimientos que pueden abrir nuevas posibilidades de comprensión. De esta forma, una Constelación Familiar no sólo aporta información, sino que ofrece nuevas perspectivas y movimientos internos que pueden aplicarse en la vida cotidiana.

El trabajo con Constelaciones puede realizarse en sesiones individuales, de pareja, grupales o en talleres, adaptándose a las necesidades de cada consultante y permitiendo abordar temas personales, relacionales, familiares o profesionales desde una mirada más amplia, inclusiva y profunda.

La relación de pareja es uno de los vínculos más significativos en la vida de una persona, y también uno de los que con mayor frecuencia presenta desafíos que requieren atención y guía profesional. Cada pareja está conformada por dos historias familiares, personales y emocionales que se encuentran, se mezclan y crean una dinámica única. Por eso, cuando surgen tensiones, malentendidos o ciclos repetitivos, es fundamental contar con un acompañamiento terapéutico personalizado, capaz de adaptarse a las particularidades de cada vínculo y de ofrecer herramientas prácticas para construir y sostener cambios reales.

La terapia de pareja no se centra únicamente en resolver conflictos, sino en fortalecer la conexión, recuperar el entendimiento y abrir nuevos espacios de comunicación, intimidad y proyecto de vida compartido. Se trata de crear un lugar seguro donde ambos puedan verse, escucharse y comprenderse desde una perspectiva más amplia y compasiva.

Entre los temas que pueden trabajarse se encuentran:

Lo que une y lo que separa a la pareja: identificar vínculos profundos, dinámicas ocultas y aspectos que generan distancia.

Acompañamiento en decisiones importantes: mudanzas, matrimonio, separación, cambios laborales, maternidad/paternidad, entre otros.

Mejorar la comunicación: aprender a hablar sin herir, a escuchar sin defenderse y a comprender sin suponer.

Relación con las familias de origen: límites saludables, lealtades invisibles y manejo de interferencias externas.

Hijos: crianza, educación, acuerdos parentales y reorganización familiar.

Infidelidad: acompañamiento emocional, reconstrucción de confianza y redefinición del vínculo.

Sexualidad: intimidad, deseo, dificultades sexuales, conexión emocional y corporal.

Problemas económicos: manejo de recursos, acuerdos financieros y tensiones derivadas del dinero.

Metas y proyectos de vida: alinear sueños, expectativas y caminos compartidos.

Cada proceso se aborda a partir de la singularidad de la pareja, fomentando una nueva forma de relacionarse basada en el respeto, la claridad y la construcción conjunta de una relación más consciente y armoniosa.

Se orienta a la solución de los problemas de cada consultante en el ámbito personal, profesional o empresarial.

Esto se realiza de manera rápida, profunda y sostenida, aplicando técnicas innovadoras de terapia.